Cumplido un año desde la mini peatonalización de la Calle Real, se vuelven a escuchar críticas que se ponen en boca de algunos residentes y comerciantes atribuyendo a la medida la escasa actividad económica en el centro urbano. Estupefacto compruebo como no se culpa de la situación ni a la tasa de paro del 28% en la comarca, ni a la pérdida constante de población a un ritmo de 1000 habitantes por año durante los últimos 25, ni al éxodo de nuestros jóvenes, ni a la disparatada decisión de abrir tres grandes superficies comerciales a las afueras de la ciudad. Al parecer, para algunos, la peatonalización, aún antes de que se lleve a cabo, es la causa del declive comercial en el centro de Ferrol. Con semejante diagnóstico se puede adivinar que el remedio será difícil de encontrar, porque se busca donde no está. El pequeño comercio local, todavía pendiente de su necesario aggiornamento, tendría que ver en la peatonalización, una oportunidad y no un obstáculo para su reanimación. Los verdaderos obstáculos son otros, y siguen ahí.