ANA Pontón, el rostro humano del Beneguai, se llevó un buen revolcón –parlamentario– al confundir dos conceptos: contratos y personas contratados. Feijóo aprovechó para hacer sangre y le pidió un poco de seriedad, pues ya era su segundo trabuque de consideración en solo unas semanas. El error fue monumental, pero convendría ser indulgente con la voceira del Bloque, porque vive en estado de shock desde la noche electoral. Tanto es así que asegura que tiene capacidad para revertir en las autonómicas la fuga del 36% de los votantes bloqueiros. ¡Miñaxoia! Con que no se fugue otro 36% ya tiene bastante.