en esta ocasión no habrá que achacarle el éxito al Xacobeo y el Camino de Santiago, pero desde el pasado verano, cada vez es más frecuente encontrarse con grupos de ballenas alimentándose cerca de la costa gallega. Incluso vienen hasta estos pagos algunos cetáceos de los que no se tenían referencias en las aguas gallegas, como las ballenas azules. Y esto ha servido para que los expertos se muestren esperanzados en que el litoral gallego se haya convertido en un lugar al que los grandes mamíferos marinos acuden con asiduidad para comer. De entrada, quien se las encuentre en un día de navegación podrá saber lo que es estar al lado de un animal como los avistados, que superaban con creces los veinte metros de longitud.