El lector me va a permitir que hoy el agua que discurre semanalmente por mis artículos la desvíe intencionadamente hacia mi molino. Me explico. En estos momentos mi molino se llama Cáritas. Creo que en alguna ocasión anterior les hablé del trabajo que desarrollamos en la institución para ayudar a las personas más desfavorecidas, los últimos de la sociedad. Pues bien, hoy no quiero profundizar más en la llaga catalana por la que mana sin parar sangre de todo tipo. Hoy quiero hablar de esas personas que tenemos en todas las ciudades, que las vemos al pasar pero que no nos fijamos en ellas: los sin techo. Esos hombres y mujeres que, sin haber escogido libremente vivir en la calle, tienen por techo las estrellas y por colchón un lugar húmedo y carente de la más mínima salubridad.
Y para ayudarles a que dispongan de unas horas mejores de atención y servicios, Cáritas Diocesana de Santiago ha inaugurado las nuevas instalaciones del Centro de Atención Social Continuada “Vieiro”, donde se prestará una atención especial a las situaciones de exclusión social severa en el campo socio-sanitario, personas sin hogar, problemáticas de adiciones y a enfermos de VIH- Sida y sus familias. Las instalaciones son un auténtico llamamiento a la conciencia y una exigencia a poner remedio a un problema que debería mover la conciencia de todo el mundo. Se trata de una emergencia social que debe llevarnos a ser sensibles al sufrimiento que supone vivir sin hogar. Los sin techo son esas personas que observamos pero que no miramos para actuar y hacer viables sus derechos como personas. Los convertimos a diario en invisibles. Los vemos, pero no los vemos. Esa es la cruda realidad.
Las nuevas dependencias, puestas en marcha por Cáritas, cuentan con el apoyo del arzobispo y la donación económica de un compostelano y sirven para que este colectivo -diariamente pasan por sus dependencias más de un centenar de personas- tenga acceso a la higiene personal y al primer alimento/café del día, así como a desarrollar una serie de actividades de formación y talleres, y realizar gestiones contando para ello con los técnicos del centro.
La próxima semana desde Cáritas vamos a organizar una serie de actos y actividades para recordar que estas personas tienen sus derechos, que no son regalos. Llevamos más de un cuarto de siglo reivindicando a las personas sin hogar. La campaña de este año, cuyo día central será el domingo 26 de noviembre, pretende que nadie viva sin hogar y lo hacemos con un lema claro y concreto: “Somos personas, tenemos derechos”. Apostamos por la dignidad y los derechos de miles de personas en situación de sin hogar. Cuando los vea en la calle, por favor, no los haga invisibles. Son personas como usted o yo.