SI a Heraclio Fournier le diese por hacer una baraja en homenaje a Vilalba, lo tendría muy fácil para el diseño de tres ases: Fraga, Rouco Varela y Darío Villanueva –que cada uno decida cuál sería el de bastos e incluso el de espadas–. El cuarto, para completar el póquer, sería el capón, pero al carecer de naturaleza humana su puesto tiene menos relevancia. El ave no conoce mucho mundo hasta después de su muerte y eso si tiene suerte y alguien lo envía como regalo de Navidad a unos parientes que viven fuera de Galicia. En cambio, los otros tres son personas muy viajadas, tanto que estuvieron muchas veces en Bruselas, a donde después de muchos esfuerzos –no es una especie ducha en el vuelo como la gaviota– acaba de llegar el típico gallo de A Terra Chá. Y es que la Comisión Europea ha decidido registrar el capón de Villaba como denominación protegida en la UE, honor que comparte con otros 1.405 productos. Vamos, que ya no hay disculpa para que siga faltando la baraja vilalbesa en las tabernas de Galicia.