MACHISMOS OCULTOS I

Machismo: “Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres”. Con esta entrada define nuestra querida RAE –compuesta en un avergonzante porcentaje por hombres– una plaga que se transmite de generación en generación, como si fueran pecas. Lo aberrante es que supone tanto, pero tanto más, que debería tener su propio Ministerio y, sin embargo, lo solventan en diez palabritas entre las que se incluye “varones”. ¿Se puede ser más carca? Como debería estar claro a estas alturas, yo soy la primera que no se entiende del todo con algunas mujeres. Lo cierto es que compartir piezas no te da línea directa con los pensamientos de buena parte de un género, por lo visto. Pero lo que sí tengo es un agudo sentido de la verdad. Aunque soy miope la veo a leguas y la echo mucho de menos cuando no está.
Ejemplo número uno –totalmente verídico–: joven defiende ante su novia a un profesor de un curso de automoción. El argumento del susodicho “docente”, por llamarle algo, es que aquellas personas –obviamente las mujeres presentes– que no puedan acarrear una caja de herramientas de un lado al otro de una nave industrial están inmediatamente descalificadas para convertirse en mecánic@s. Como todo el mundo sabe, eso es realmente lo que importa cuando te asomas bajo el capó de un coche lleno de válvulas, cables, juntas de trócolas y ahora, para rematarla, chips, que puedas trasladar las herramientas del punto A al punto B. Y digo yo, ¿para qué están los carritos con ruedas? O ¿no será más importante saber qué son y para qué se utilizan?
Lo peor no es que el funcionario diga semejante cosa –que lidie con él su consejo escolar–, sino que lo repita un joven adulto como si fuera el evangelio y afirme, a continuación, que eso no significa ser machista. Lo es, se siente, y tu novia debería tratar de hacértelo entender, a ser posible sin ponerse en plan Juana de Arco –mujer que llevaba una armadura completa, por cierto– y cortarte la cabeza. Intentar ponerse un escalón por encima de las mujeres apelando a la fuerza bruta no solo es machista, sino peligroso y no siempre funciona. Si no me creen, pongamos a Neymar y Lidia Valentín a echar un pulso. Continuará.

MACHISMOS OCULTOS I

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