si nos fiamos de las estadísticas (aunque ya se sabe que son capaces de demostrar cualquier cosa), los coruñeses han ido aprendiendo a conducir con el paso de los años. De hecho, al contrario de lo que sucede en el resto del país, el número de accidentes de tráfico se ha reducido en el último año un 10%, quedando al nivel de los que se producían en 2013. Sin embargo, lo que podría analizarse como un magnífico dato no lo es tanto si se tiene en cuenta que el número de víctimas mortales en las calles de la ciudad es el más elevado de los últimos cinco años, ya que se produjeron hasta tres muertes en siniestros de tráfico, y eso sin contabilizar el asesinato en el que se utilizó un coche como arma de un crimen.