Un banco con vistas

Soy toca rendir un homenaje a uno de los bancos más singulares y simpáticos de la ciudad; está situado por iniciativa de Juan Agrelo, propietario de un comercio de equipamiento deportivo, en la plaza de Lugo, que además es un punto de encuentro social de los coruñeses, es decir, que hace una doble función: por un lado, está la económica y, por otro, la peña de coruñeses que se estacionan ante dicho establecimiento a charlar, entre otras cosas, como es natural, del deporte, de forma distendida.
De modo que a este inquieto comerciante se le ocurrió la buena idea de colocar un cómodo banco de dos plazas delante del comercio y fue un acierto, porque se trata de un banco concurrido a todas horas y con buenas vistas, se mire para dónde se mire, siempre se hallará una estampa bonita y diferente de aquella plaza donada por Eusebio da Guarda, el mayor prócer coruñés. Muchos de los que han tomado asiento aseguran que es el mejor banco del mundo, por su comodidad y vistas.
Juan Agrelo lleva en la sangre la venta comercial; es lo mejor que sabe hacer, a pesar de tener otras muchas ideas y todas de sentido común, para mejorar las ventas en aquel mercado. Solo es cuestión de escucharlo y llevarlas a la práctica, seguro que da resultado igual que resultó la idea de colocar un banco delante de su comercio. Quizás sea el banco más fotografiado de la ciudad; no hay turista que se precie que no se fotografíe en él. Un sencillo reclamo para un negocio de siempre. A este voluntarioso autónomo habría que concederle la Medalla al Trabajo, pese a “segunda juventud”, lleva muchos años de experiencia tras el mostrador; se puede decir que casi nació en él.
Una grata y sencilla idea que dejó a todo el mundo atónito cuando lo colocó- La gente preguntaba si estaba a la venta y él respondía que era para sentarse después de hacer las compras. Vendría bien un descanso y qué mejor lugar que ante el comercio de equipación deportiva. Enhorabuena y felicidades por la idea Juan, los coruñeses y foráneos que lo han probado ya te han dado sus parabienes, aunque más de uno quería algo más: como el refrigerio en un banco con unas vistas maravillosas a la par de cómodo donde los haya.

 

Un banco con vistas

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