Sínodo de la familia. Ni sí, ni no

Acabó el Sínodo sobre la Familia y tengo dudas si las expectativas que crearon sus ponencias, se han visto satisfechas o no, y me parece que tardaremos en saberlo. La verdad es que esperaba más contundencia (iluso de mí) y claridad en el Papa. 
El debate sobre las nuevas problemáticas de la familia llega tarde, no sé si mal, pero desde luego tarde y arrastro, sí y la Iglesia portándose como siempre. De nuevo la Iglesia demuestra que es maestra  en no decir gran cosa con altavoces.
Mi conclusión es que, por un lado se ha avanzado y por otro todo sigue igual; despistando al más puro estilo gallego. Me parece que el debate político de pro-Papa o contra-Papa, ha estado más presente que las cuestiones objeto de las reuniones. 
Quizás es lo que cabría esperar, pero se han alimentado demasiadas ilusiones, sobre todo a los separados y a los homosexuales, para que el Sínodo concluya como concluyó. 
Aunque también he leído y escuchado otros comentarios que consideran al Papa como un ganador y un héroe. Interpretaciones para todos los gustos, y más que habrá y nada aclarado. Así es la diplomacia de la Iglesia: Hacer y decir, sin decir y hacer. Poniéndolo fácil y ellos sintiéndose importantes.
Me temo que tal como se han tomado los acuerdos se creará mucha confusión y al final cada quien lo interpretará según sus circunstancias, dependiendo de cómo un determinado párroco y su obispo piensen; es decir, queda abierta la competencia entre parroquias como ocurría con las primeras comuniones y bodas, ahora con la excusa de conceptos misericordiosos (no creo que esto sea un problema de más o menos Misericordia). Me imagino a quienes vivan en una diócesis del estilo Cañizares. Como se dice ahora: ahí lo dejo.
Lo bueno es que este Sínodo deja el debate muy abierto, pero me preocupa que todo quede en algo tan genérico como “cada uno decida en su conciencia”. 
Repito, no creo que sea un problema de conciencia y Misericordia en que un separado casado o un homosexual  por su vida amorosa queden excluidos. Creo que han abierto las puertas a otras cosas y eluden responsabilidades y generan dudas.

Sínodo de la familia. Ni sí, ni no

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