Frenesí municipal, obras por aquí, obras por allá, un bache aquí, unas losetas allá, levantamos el Cantón, la Cuesta de Mella, Irmandiños, colocamos un letrero nuevo, resucitamos viejos proyectos, firmamos convenios mega históricos, sobredosis, hiperactividad, Ferrol en marcha. Y todo en tres meses no crean, que para que iban a estar ocupados durante los tres años y medio anteriores si todo se puede dejar para el final, como si se tratase de una traca antológica, un  fin de fiesta apoteósico. Confían en que los ciudadanos desmemoriados se quedarán con lo hecho a última hora, deprisa y corriendo y se olvidarán de los tres años y medio de sequía y parálisis. Porque ahora ¡Ferrol está en marcha!. Más paro que hace cuatro años (del 19% al 30%), la menor renta por ciudadano de las ciudades gallegas y mucha menos población que hace cuatro años (-4.000), la Magdalena abandonada o Ferrol Vello literalmente asolado. Juzguen ustedes mismos, Ferrol sí está en marcha, ¡marcha atrás!