CADA vez es más habitual que Amancio Ortega se convierta en noticia no por los resultados de Inditex, que siempre son magníficos, sino por su política de adquisición de inmuebles. El fundador del gigante textil coruñés es un gran amante del ladrillo y a él suele recurrir para invertir los buenos réditos que le da su compañía. Su última compra ha sido una torre de oficinas en Miami. Pero no es una torre cualquiera, se trata de un edificio de 55 plantas en pleno corazón de la ciudad y por la que ha pagado unos 500 millones de euros.