¿Nos lleva el diablo a la libertad?

l diablo no es un mito y debemos combatirlo. El 30 de octubre de 2014, en la capilla de la casa de Santa Marta el Papa dijo: “a esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal. Pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra Él. ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios!”. 
En una conferencia ofrecida durante el Desayuno Nacional Católico de Oración, en Washington DC, el cardenal Robert Sarah ha afirmado que “el maligno intenta destruir a la familia” y que para evitarlo, los cristianos deben luchar contra las ideologías que niegan la importancia de que los niños tengan un padre y una madre.
 Los seguidores del feminismo radical de Simone de Beauvoir y su mantra “no se nace mujer, se llega a serlo”, se están encontrando con las conclusiones de una serie de expertos que desmontan la ideología de género al afirmar que no hay cerebros unisex.
Diferentes estudios y expertos constatan que es el sexo y no el género el que define el cerebro. Entre ellos, Larry Cahill, profesor de Neurobiología en la Universidad de California, asegura que “el cerebro de los mamíferos está muy influido por el sexo”.
Por su parte, la periodista y feminista británica Caroline Criado, autora del libro Invisible Women: Exposing Data Bias in a World Designed for Men, señala que “las diferencias entre mujeres y hombres operan hasta en el nivel celular. Las mujeres reaccionan de manera diferente a los fármacos y presentan síntomas peculiares en algunas enfermedades. Si basamos nuestro conocimiento en el varón, no podremos detectar y tratar las enfermedades en las mujeres”.
Hoy en día se ha conseguido la degeneración de la democracia en igualitarismo mediocre, en desprecio de los derechos más elementales en materia de matrimonio y familia, llegando a pisotear la libertad de enseñanza con la técnica del peor totalitarismo, con los abusos de poder económico, con desprecio de la libertad de conciencia. La ideología de género es una muestra clara de cuánto han estirado el chicle.
Detrás de esta ideología satánica está el feminismo radical, el lobby gay, poderosas multinacionales como la Soros, Ford, Rockefeller…
La historia de la salvación es la historia de la ternura de Dios, que nos ha amado y ha dado su vida por nosotros (Gál 2,20). Este evangelio de la ternura revive en los padres: ellos que un día dieron la vida a sus hijos, se ven movidos cada día por el Espíritu a volver a dar la vida por sus hijos, en la medida en la que generan a Cristo, como afirmaba san Ambrosio.
Utilizando las palabras de Jesús ante Pilatos, quisiéramos poder decir que “la familia cristiana no es de este mundo” (Jn 18,36). Existe como profecía para transformarlo, testimoniando “que ser de Cristo” significa convertirse en blanco de todas las contradicciones (Lc 2,34).
El gobierno Socialista declaraba hace un año el Día Nacional del orgullo Gay, que coincidía con el día internacional del orgullo LGTB, disponiendo que lesbianas y mujeres solas puedan acudir a la reproducción asistida con dinero público. En España ya se puede tener un hijo por gestación subrogada voluntariamente sin necesidad de modificar la ley. Una mujer se puede quedar embarazada y dar a su hijo en adopción. La ley se quiere modificar para introducir los contratos mercantiles en esta práctica y convertir a las mujeres en vasijas.
Paulino Castells, doctor en medicina y psiquiatra experto en temas de familia es una de las voces que se opuso a que se aprobase este tipo de adopción y afirmaba:” “Yo lo que deseo para un niño es que tenga un padre y una madre. Para su identificación y la maduración de su personalidad necesita un modelo femenino y masculino, no un modelo de género sino también de sexo, diferenciado anatómica y psíquicamente”
Claudio Risè, psicoterapeuta italiano, sociólogo, académico en la Universidad de Milano, investigador, escritor y ensayista decidió exponer su opinión sobre este tipo de adopción: “aunque la depresión es un trastorno característico de la época en que vivimos, su incidencia en niños creados por parejas gay aumenta exponencialmente del 18% en la adolescencia al 51% en la edad adulta, mientras que en el grupo de hijos de parejas heterosexuales disminuye en el tiempo en dos puntos porcentuales con un valor en la edad adulta del 20%”
 Anthony Caruso, ginecólogo obstetra de profesión advierte que un gran número de estudios demuestran que los niños “que han nacido a partir de la fecundación in vitro tienen el doble de riesgo de nacer con bajo peso y problemas neurológicos; el triple de tener parálisis cerebral, y el cuádruple de padecer un retraso en el desarrollo”
Así pues, el PSOE pretende financiar con las casi quebradas arcas de la seguridad social española, la eutanasia y la reproducción asistida; ya forma parte de su cartera de servicios la práctica de abortos, por lo tanto, todos los españoles pagamos con nuestro dinero dar y quitar la vida de inocentes a capricho, queramos o no. 
Además, para más escarnio, muchas prestaciones sanitarias están fuera de dicha cartera, por ejemplo la mayoría de servicios dentales. En este país se puede abortar, pero ojo con que te duela una muela o un diente. Sin embrago, no se puede negar que la doctora Calvo del partido socialista conoce la medicina para curarnos de nuestro “inadmisible romanticismo machista”: un Estado adoctrinador nutrido con nuestros impuestos (no en vano “el dinero público no es de nadie”) Lloverán las subvenciones millonarias – ¡aún más!– sobre las mil y una agencias de igualdad y de derechos LGTB. Se crearán comisarios políticos que vigilen el uso de la neolengua de género en dependencias administrativas, escuelas y documentos oficiales.
Hace un mes se celebraba en la Praza Vella de Ferrol la fiesta del orgullo Gay y hace una semana, decenas de personas participaban en la segunda marcha de este tipo que se realiza en la ciudad.
Entiendo que muchos han tenido que vivir encerrados en el armario, ridiculizados y excluidos. Pero me gustaría que no fuera necesaria esta “procesión” de gays al comienzo del verano.
 

¿Nos lleva el diablo a la libertad?

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