GARZÓN, no Baltasar, sino el tal Alberto, artífice junto a Pablo Iglesias de que Unidos Podemos degenerase en Ni Unidos Podemos (ahora Unidas), que del sorpaso pasó al tortaso, tiene un punto masoca cada vez más acusado. Verlo vestido de cuero negro de la cabeza a los pies y con una fusta en la mano parece complicado, pues él es más del escay que de la piel natural, pero nunca se sabe a dónde pueden llevar los juegos secretos. El caso es que cuando se acercan unas elecciones le da el subidón y se mortifica arreo. El último placentero castigo le ha llegado de al lado de casa, desde el mismo Madrid, donde las bases de Izquierda Unida han decidido en referéndum no confluir con Podemos en las elecciones autonómicas. Garzón apostaba por ir de la manita con la formación morada, pero se ha quedado con las ganas. Pues sí que van a estar contentos los votantes de la villa y corte, podrán elegir hasta entre tres candidaturas a la izquierda del PSOE: Podemos; Más Madrid, de Errejón, y Madrid en Pie (IU).