Luces que traerán sombras

En estos meses de verano me ha venido a la cabeza varias veces la idea de que es posible que nuestra Diócesis se vaya a quedar sin Obispo en un plazo no muy lejano porque tenga un nuevo destino. No tengo (como saben estas cosas se llevan con el mayor de los sigilos) prueba alguna en que basarme, salvo mi intuición. Rumores siempre hay, pero sobre mi presentimiento, ninguno consistente. Solo hay cosas del día a día que me invitan a pensar que algo puede haber y que el Obispo está preparando las cosas en la Diócesis para poner un punto y aparte en su vida.

Aquellas intenciones suyas expresadas en el discurso de ordenación episcopal en mayo de 2016, que casi nadie creyó, no las ha podido cumplir; pero lo entiendo, por una razón tan simple como la de que eran y son imposibles; y no solo en Mondoñedo-Ferrol, lo es en casi cualquier otra Diócesis española porque la mayoría de ellas son territorios de distribución geográfica antigua, con pocas personas practicantes y además son de edad media avanzada. Pero es comprensible que hiciese aquel discurso porque forma parte de la cara política del cargo.

Si analizamos sus seis años de gobierno, resulta que ha dedicado la mayoría del tiempo a trabajar las UPAS y poco más, porque la renovación de cargos, órganos, etc. no dejan de ser lavados de cara y cambio de las mismas fichas en el tablero. Y poco más, porque poco mas hay; y no es su exclusiva culpa. Aunque en todo caso pudo haber sido más original y directo explicando sus objetivos. Lo hubiésemos entendido mucho mejor.

Pero volviendo a mi hipótesis ¿cuáles son algunas pistas? El pasado día 21 ha publicado una carta en la que vuelve a anunciar el Plan Diocesano Pastoral 2020-2021 que ya debería de estar estudiado para ponerlo en práctica. En la carta, algo extensa, dice que tal escrito acompañará al Plan Pastoral y sí la leen, quizás tengan más suerte que yo en averiguar algo que nos invite a pensar y ser optimistas, o ilusionados, por ella. Más bien parece una carta de “patada a seguir”.

Las reformas, como lo son las UPAS, no pueden ser solo administrativas; han de tener mucho más calado que incluya el estilo y la credibilidad de quienes las ejecutan. Aunque con este papado y nuestra Conferencia Episcopal, difícil es hacer algo con sentido.
En fin, secuencias que más bien invitan a pensar que nuestro Obispo alarga su tiempo esperando noticias que le puedan afectar a su residencia. Creo seriamente que será así y luego se producirá aquello de: otro vendrá que la luz apagará.

Luces que traerán sombras

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