¡Ojo, la Policía!

El escalofriante reportaje de la SER (jueves 14 a las 08.30) poniendo en antena las informaciones del diario digital “Público”, merece no la exclamación que se asoma a gritos, desde este balcón, sino, y referida a esa policía “montada” desde Interior con el nombre de “policía de revisión de casos” y llamada –¡manda carafio!– policía patriótica un “socorro, la policía”.
Que, a pesar de las burdas protestas del ministro con ángel custodio, las grabaciones de más de cuatro horas vomitando mierda para arrimar a la actualidad trampas y mentiras, no merezca el rechazo de la sociedad, la acción firme del que aún es el presidente en funciones, no se lo explica nadie, salvo el señor Tellado, que afirmó, y a través de la SER-Galicia, que la corrupción no hacía mella entre sus votantes.
Solamente escuchando los testimonios que se ofrecían, haciendo una lista de los disparates cometidos y, el resumen que de todo este disparate (espero que algún día se convierta en delito y lo paguen sus responsables) remata “esta policía formada en 2012 y que desde el caso Faisán y hasta anteayer mismo, siempre en busca de adversarios políticos para conseguir réditos electorales a través de difamar a sus rivales, es la responsable de montar casos como el del exalcalde de Barcelona, la presidenta del Parlament catalán o la encarnizada persecución de Podemos (caso PISA), que una y otra vez los jueces echaron abajo y, en algún caso, denunciaron como “montaje policial, a través de un corto y pego”.
Y, al lado, tal como contaban en la SER esa policía ni se entera de los casos Bárcenas, Rato, Blesa y otras mordidas que salpicaron –don Miguel dice que no, pues suben en votos– al partido de Mariano, su piadoso ministro, su generosos escudero Montoro con la amnistía a la carta y un amplio etc.
Los votos, señor, no pueden ocultar la mierda. Y en este caso, y ojalá sea pronto, será la justicia la que ponga a cada cual en su sitio, para evitar que la rabia, asco, miedo, que estos casos producen entre lo que el repetidor Mariano llama “muchos españoles y buenos españoles”, cubra a todos y hunda en el barro la marca España.
Y deben dar el primer paso los sindicatos policiales, los agentes que, con honor, sacrificio y su vida, visten el uniforme, llevan con dignidad la placa, quienes denuncien a los máximos responsables de haber manchado su nombre… Y a su lado toda la sociedad civil, harta de tanto fango.

¡Ojo, la Policía!

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