en los últimos días he vuelto a revivir mi gran pasión por la radio a través de las numerosas referencias que se han hecho sobre el medio de comunicación hablado al conmemorarse el Día Mundial de la Radio.
Hablando con un viejo amigo y compañero de profesión con el que hice largos caminos por las ondas en nuestro más de medio siglo de peregrinar por diversas frecuencias y cadenas de radio, le recordaba que a mí no me gusta que el medio sonoro sea recordado en la fecha del 13 de febrero por acuerdo de Naciones Unidades ya que la institución en el año 1946 puso en marcha su emisora de radio.
Yo soy de los que sigo siendo fiel al 29 de septiembre festividad del arcángel San Gabriel al que el papa Pío XII en 1951, mediante carta apostólica, nombraba patrón de la radio y de las telecomunicaciones
La radio ha sido y sigue siendo mi pilar fundamental en el siempre difícil y vericueto mundo de la comunicación que llevo recorrido desde hace algo más de cinco décadas. La radio mantiene su vigencia y la aumenta año tras año en base a los esfuerzos que se hacen desde todas las cadenas y del plantel tan importante de comunicadores que llenan nuestras horas de todo el día como lo atestigua los más de veinticinco millones de oyentes que siguen siendo fieles al medio sonoro con un seguimiento cercano a los cien minutos de consumo diario.
Recuerdo que los grande pesimistas pronosticaban que la radio comenzaría a morir lentamente cuando la televisión fuera creciendo.
Se equivocaron de parte a parte.
Hoy en día la radio, con su formato de siempre para informar, entretener y acompañar, sigue aumentando los seguidores, los fieles oyentes que a lo largo del día sintonizan alguna de las cientos de frecuencias que se dan la mano en el dial.
Reivindico al arcángel San Gabriel, a la radio de siempre, y animo a los que siguen en la primera línea del trabajo sonoro que miremos atrás y volvamos a ser la gran familia de las ondas que fuimos durante décadas. Es la radio de siempre hecha ahora por los profesionales del siglo XXI.