El principal problema de
España se llama Mariano Rajoy
HASTA ahora, a Rajoy, le había bastado con ponerse de perfil para evitar las balas. Es cierto que el secretario general de un partido no tiene porque estar al tanto de lo que hacen todos los cargos de su partido. Así, se fue zafando de los escándalos de corrupción que salpicaron a concejales, alcaldes, presidentes de Diputación, parlamentarios nacionales y autonómicos y hasta al tesorero de su formación. Sin embargo, la responsabilidad última del nombramiento de un ministro recae en el presidente de Gobierno y la cuestión es que Rajoy ya tiene en su haber la segunda cabeza de un responsable ministerial implicado en un supuesto caso de corrupción. Antes fue Ana Mato, la que no se enteraba de quien pagaba las fiestas de cumpleaños de su hija o los coches del su ahora exmarido. Y ahora Soria, que tampoco sabía que tenía sociedades repartidas por al menos dos paraísos fiscales. Y por el medio Cañete, a quien Rajoy dio la patada a la UE y cuya mujer también aparece retratada en los papeles de Panamá. El presidente del Gobierno no se puede seguir poniendo de perfil y pretender que los españoles le voten en las más que probables próximas elecciones. Él, que tanto alardea de actuar siempre por el interés de España, en estos momentos, el mejor favor que le puede hacer al país es retirarse y dejar que savia nueva regenere el PP antes de que estalle por los aires. Dentro de la formación hay personas con capacidad y credibilidad suficiente como para hacerlo, pero ahora mismo, el principal partido y de España es un presidente que no se quiere enterar de que su ciclo ha concluido ya.
Otegi no engaña a nadie
ESTÁ bien que Otegi avise asegurando que va a ser el lehendakari más peligroso para los intereses del Estado. Ya lo fue cuando decidió que el terrorismo es una herramienta política. Y lo sigue siendo ahora, tan acostumbrado como está a imponer sus ideas por la fuerza, cuando se ve en Ajuria Enea antes incluso de que se convoquen elecciones.
Un ambicioso plan de empleo para A Coruña
EL presidente de la Diputación coruñesa, Valentín González Formoso, presentó un ambicioso plan para la creación de empleo en la provincia. El organismo ha multiplicado por seis los fondos destinados a este fin. En total serán treinta millones de euros con el objetivo final de conseguir la colocación de 3.000 personas. Una apuesta arriesgada pero que demuestra la sensibilidad del organismo por atajar el principal problema que padece el país y que se siente con más crudeza si cabe en los pequeños municipios.
La CEG podría despedir a
media plantilla
ANDA la patronal gallega echando cuentas para ver como consigue salir de una vez de la bancarrota en la que se encuentra y, como las cuentas no salen y los bancos no son muy favorables a conceder créditos, estudia la posibilidad de despedir a la mitad de sus empleados. Un papelón complicado el que tiene que afrontar Antonio Dieter, que seguro que no se esperaba esto cuando accedió al cargo.
La trampita de Pablo Iglesias
EN España no existe la segunda vuelta electoral. Es una lástima. A tenor del vacío de poder que estamos viviendo mejor nos iría si los ciudadanos fueran llamados a las urnas para elegir a un presidente de entre dos opciones. Así habría un ganador y santas pascuas. Sin embargo, aquí se optó por un sistema que respetaba, al menos en cierta medida, más a las minorías. Un desliz que ahora estamos pagando. Sin embargo, Pablo Iglesias volverá a retorcer un poco los estatutos de su formación para ahorrarse unas primarias que, a tenor de los resultados que suelen ofrecer allí donde se celebran, podrían tener un resultado que no le resultara demasiado satisfactorio. Así que, por aquello de evitar tentar la suerte, el coletudo líder podemita ha interpretado que las próximas elecciones serán una segunda vuelta y se ahorra un posible mal trago.
La demagogia de los manirrotos
POR muy flamencas que se pongan las comunidades autónomas, saben que el haberse pasado el límite de gasto por donde les apeteció les puede salir ahora muy caro. Es cierto que los incumplidores, que tiran de demagogia, aseguran que no cerrarán hospitales o colegios por los recortes. Pero la cuestión es que nadie les dice que hagan eso. Lo necesario es que empiecen a despedir a asesores de sueldos millonarios, amiguetes colocados en empresas públicas ruinosas o ahorrar en coches oficiales y demás prebendas. Lo que no es lógico es que gasten lo que no tienen y vivan de sus cargos como reyes.
Recimil se hunde entre goteras
LOS vecinos del barrio de Recimil viven con el agua al cuello. Entre las inundaciones y los chorros de agua, que no goteras, que les caen por el techo solo les queda aguardar a que vengan los días soleados, porque si esperan a que el Ayuntamiento les dé una solución... acabarán arrastrados por las riadas. Parece que estos son problemas menores y para nada comparables a debatir entre monarquía y república, el principal asunto que deja a los ferrolanos sin sueño y preocupados de la mañana a la noche. A los residentes en ese barrio obrero les urge más que les solucionen los problemas de praderas, que no de humedades, en las paredes. Habrá vecinos de Recimil que le den I Like a las gracietas de concejales, pero los que no tienen corriente eléctrica, seguro que no.
La infanta puede ser la gran beneficiada de la operación Nelson
LA operación “Nelson” contra Manos Limpias y Ausbanc, un sidicato y una organización que decía luchar contra las injusticias y abusos bancarios, demuestran claramente el adn de este país. Sus máximos responsables han sido detenidos por, supuestamente, ponerse de acuerdo para interponer querellas y luego exigir dinero para retirarlas. Incluso se maneja como cifra de su chantaje los tres millones de euros. Lo curioso es que este comportamiento puede provocar, de rebote, la desimputación de una de sus mayores víctimas, al menos por pedigrí, la infanta Cristina. El juez decidió mantenerla en el banquillo basándose en la querella de estas organizaciones y a pesar de que el fiscal no veía ningún delito en su actuación.