EN el circo –sin animales, por supuesto– se lleva mucho “el más difícil todavía”, un lema que la Marea del Sar podía utilizar en la próximas elecciones –si llega a ellas–, porque no hay día en el que no se supere. Su última hazaña ha sido limitar a 10 kilómetros por hora la velocidad en San Francisco para resolver los problemas entre el tráfico rodado y el peatonal. Si Martiño “2.0” Noriega y su equipo tienen que recurrir a semejante medida para armonizar la circulación de coches y viandantes es que su incapacidad es aún mayor de lo que se pensaba.