Añoranzas del mando único

Concebidas para gestionar desde la cercanía el día a día de su comunidad, las Autonomías han  pecado de soberbia al exigir la recuperación de sus competencias como la fórmula más idónea para gestionar el desconfinamiento. Era una apuesta ganadora, porque la confusión ciudadana sobre el reparto de competencias entre la administración central y la autonómica favorece normalmente al equipo local en los intercambios de golpe: el gobierno autonómico se atribuye el mérito de lo que se ha hecho bien, y carga en la cuenta del gobierno central lo que se ha hecho mal. Pero colocadas por fin ante sus propias responsabilidades, las autonomías muestran graves carencias para gestionar lo complicado, y es todo un espectáculo ver cómo los políticos que denunciaban que el Mando Único era un mecanismo social-comunista-bolivariano para cercenar libertades, pretenden ahora reimplantarlo por la puerta de atrás.

Añoranzas del mando único

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