GARZÓN, no Baltasar, sino el tal Alberto, es un comunista un poco raro de más. No solo ha colaborado de forma decisiva para que Unidos Podemos acabase transformado en Ni Unidos Podemos, sino que además ahora se empeña en horadar los cimientos de su alianza con Pablo “Viva la Gente” Iglesias. Eran felices cuando sellaron su compromiso intercambiándose unos botellines de cerveza como si fuesen las arras de un contrato matrimonial, pero ya no lo son tanto, pues Garzón ha tensionado el vínculo al declararse partidario del revocatorio contra Maduro. Va a tener que intervenir el olvidadizo contribuyente Monedero.