Angela Merkel no se anda con muchas coñas. El escándalo por el apoyo de Alternativa para Alemania a un candidato conservador en Turingia (que pese al nombre debe ser una región teutona) se saldó con el mandato más breve de la historia de la política mundial. Thomas Kemmerich se ha visto obligado a dimitir solo 24 horas después de tomar posesión cuando la canciller le quitó su apoyo. Vamos, que lo suyo fue digno del Libro de los Récords. Tanto que ya hay quien quiere importar a España la fórmula, aunque solo sería válida para la ultraderecha. De la extrema izquierda no se dice nada.