Los espacios de equilibrio, de estabilidad son, qué duda cabe, ambientes propicios para el desarrollo en cualquiera de sus manifestaciones. Un país con estabilidad económica y social, no hay más que consultar las estadísticas sobre el particular, es un país en el que sus habitantes viven en mejores condiciones. En sentido contrario, la inestabilidad en cualquiera de sus dimensiones trae consigo problemas, a veces muy graves para el desarrollo y la libertad solidaria de los ciudadanos.
Un ejemplo de manual lo encontramos analizando en el último informe PISA elaborado en el seno de la OCDE. Mientras que empieza a descender Finlandia, Suecia aparece ya por debajo de la media y España se mantiene entre los países de cola. En efecto, España, a pesar del gasto que dedica a la educación, no mejora sino que se estanca probablemente a causa de la dictadura de la ideología del género y de la promoción de la inestabilidad familiar. Los chicos tienen un mayor fracaso escolar que las chicas y, por otro lado, la tasa de divorcios y separaciones, una de las más altas de Europa, dificulta enormemente la capacidad de la familia como institución educadora.
En el informe PISA al que hacemos referencia se constata que 40 de los 60 países analizados mejoran sus resultados. Entre ellos, llama la atención Polonia, con un gasto mucho más reducido que el nuestro. También mejoran Alemania, Japón o Corea mientras que España se mantiene un una discreta situación de mediocridad que es la característica que mejor define un modelo educativo diseñado para educar ciudadanos en serie, sin capacidad crítica, sin apego a las humanidades, al pensamiento, y orientado a la dependencia y a la manipulación.
El caso de Polonia es de manual. Ha mejorado los tres indicadores estudiados por la OCDE en los informes PISA. A saber, comprensión lectora, competencias matemáticas y competencias científicas. Ha pasado en nueva años de estar en la séptima posición de atrás al quinto lugar de cabeza.
Mientras Suecia, que siempre estaba entre los líderes, experimenta un bajón colosal a causa, según parece, de las políticas promotoras de la inestabilidad familiar, Polonia, consciente de que la familia es la principal institución de educación de niños y adolescentes, supera ya a Suecia, y también a España.
En efecto, según un estudio de FundSocial acerca de la correlación entre la tasa de divorcios y el abandono escolar temprano, es relevante la notable diferencia que existe entre España, Polonia, Finlandia, Suecia, Austria, Eslovaquia y Bulgaria. Polonia apuesta por la familia desde la promoción de la estabilidad y ahí están las consecuencias. España, y sobre todo Suecia, fomentan la inestabilidad familiar y baten records en lo que se refiere a abandono escolar temprano. Es lógico.
Jaime Rodríguez-Arana
@jrodriguezarana