el próximo viernes, el Gobierno debe aprobar la nueva senda de déficit, el techo de gasto, previo a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2019. En este contexto, Podemos ha presentado su propuesta de negociación para esta vez darle apoyo a los objetivos del Ejecutivo. El documento, “Dejar atrás la austeridad”, no es muy distinto a lo que nos tiene acostumbrados el partido de Pablo Iglesias.
La intención es gastar más y la fórmula para conseguirlo subir impuestos, elevar cotizaciones sociales y suprimir deducciones. Nada nuevo bajo el sol. Medidas ya contrastadas que lo que consiguen es lastrar el crecimiento, la inversión y el empleo. Hay que señalar que en algunas de estas propuestas el PSOE está de acuerdo. Al menos, lo estaba en la oposición, y en declaraciones de los distintos ministros e incluso en las escasas declaraciones públicas que ha realizado el presidente el Gobierno.
Al fin y al cabo, gastar más subiendo impuestos, agrandar el déficit y subir la deuda es un clásico de los socialistas. Sólo por recordar, en la etapa de Zapatero en el gobierno, el agujero de las cuentas públicas llegó a superar el diez por ciento del PIB, y las arcas de la Seguridad Social quedaron vacías y con un déficit de miles de millones por los casi 3,5 millones de trabajadores que perdieron su empleo.
Ahora, veremos, qué está dispuesto a concederle a Podemos para que le apruebe el techo de gasto y qué hará el Gobierno de todo lo anunciado. Ya se ha hablado de subir el Impuesto de Sociedades, crear el gravamen a la banca, retocar la tarifa plana, el modelo de cotización de autónomos, la subida del diésel, abrir la mano con los ayuntamientos y las comunidades autónomas y modificar el estatus de la vivienda.
Muchos de estos anuncios probablemente no se materializarán, sería lo mejor que nos podría pasar. Pero, en todo caso, su mero anuncio y de forma farragosa, están creando un ambiente de inseguridad que ya por si mismo, es irresponsable y tendrá consecuencias. Veremos esta semana qué límite de gasto presenta el Gobierno y cómo piensa financiarlo