Seguro que en el fondo de su corazón Pedro Sánchez vive desde ayer un profundo desasosiego. Y eso que todo iba bien. Con el prepacto con los podemitas ya encarrilado, con el apoyo de las bases (no les queda otra) garantizado, con las negociaciones con los secesionistas en un punto muy cercano a conseguir su abstención, con el PNV apostando por la fusión. Hasta los irreductibles cántabros, los turolenses, los valencianos y los canarios se han rendido ya. El BNG ya anunció que si pagan su precio también respalda... Vamos, que todo iba viento en popa hasta que salió a la palestra Zapatero para dar su apoyo a la estrategia de Sánchez. A estas alturas, el presidente en funciones ya sabe, sin lugar a dudas, que algo tiene que estar haciendo mal...