MARTIÑO “2.0” Noriega no tiene mucha pinta ser aficionado al deporte. Si acaso a la billarda o a la chave, pero nada más. Mira que ha lucido puchas diferentes, pero ninguna de ellas guarda el menor parecido con aquellas tan habituales en los porteros de fútbol de otros tiempos. Sin embargo, entre sus proyectos para transformar Santiago en el paraíso del ejercicio físico, incluyó la Cidade da Raqueta. Igual con el paso de los años hasta surgía un Nadal compostelano. Pero, como manda la biblia de la Marea del Sar, el proyecto se quedó en eso, en proyecto. Pepe Bugallo, que tampoco tiene pinta de candidato al Balón de Oro, pero sí de sufrir los domingos en el palco de San Lázaro, se ha encontrado la Cidade da Raqueta en el cajón de asuntos pendientes y ha tirado de retranca para referirse a ella. “Falta un pequeño detalle relativo a la propuesta: ¿Quién paga esto?”, preguntó. Se ve que el el actual alcalde tiene unas ganas desmedidas de amolar.