La hora de las religiones: “Je suis Charlie Hebdo”

Cuando me siento a escribir estas líneas aún tengo presentes las imágenes del brutal ataque a los trabajadores del semanario francés Charlie Hebdo. Es difícil comprender por qué suceden estas cosas, por qué matan en razón de una idea y menos, aún, por qué matan en nombre de un dios. También me cuesta comprender a quienes, a saber con qué propósitos, hacen manifestaciones en las que justifican tales acciones, echando la culpa y tildando de provocadores a nuestro sistema, imperfecto, sí, pero acogedor y tolerante. ¿Cómo es posible justificar el terror y la barbarie? Para un simple mortal como yo buscar explicaciones supone un ejercicio casi imposible, que se escapa al más elemental de los principios éticos. Por más vueltas que le doy intentando ponerme en la piel de los dirigentes políticos, no me acabo de imaginar cual puede ser la solución, si la hay, de todo esto. ¿Qué se puede hacer para evitar que fanatismos intransigentes provoquen muertes y terror? ¿Una respuestas violenta?: no es la solución, la experiencia nos los dice; ¿Quedarnos quietos?: sería dar más oportunidades y exponernos a locuras como el 11-M; ¿Ser más restrictivos a la hora de acoger emigrantes?: abriríamos una puerta a las nuevas formas de esclavitud y daríamos negocio a las mafias, así como a la más que probable condena a muerte de millones de personas. Tampoco `podemos consentir el asesinato sistemático de hombres y mujeres, como ocurre con los cristianos en Irak, o la ejecución de periodistas y cooperantes; y lo que no sabremos. Difícil papeleta tenemos y no podemos mirar hacia otro lado. Hay que dar la razón a quienes defienden el que hay que invertir en el desarrollo social y económico de estos países, empezando por África. Pero lo inmediato sería que ambas religiones, cristiana e islamista europea más moderada,  se sentaran a hablar de que en nombre de dios alguno, ni de cualquiera, se puede matar. Ambas se han de comprometer en trabajar para cortar el crecimiento de la violencia religiosa que solo genera más violencia. Ambas defienden la dignidad y la paz. Ahora deben de jugar su papel.
(entre.todosdf@gmail.com)

 

La hora de las religiones: “Je suis Charlie Hebdo”

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