Contábamos que el partido ya se está jugando y es mucho lo que está sobre la cancha. Por eso el juego duro, contando además con un arbitro que ve lo que le mandan, se recrudece a medida que avanza el juego. Y, ya saben, siempre ganan los buenos si son más que los malos… De ahí que cualquier aliado es bienvenido. Y más si con ellos, las cosas van sobre ruedas. En Valencia Mariano le dijo a los fabricantes de automóviles (a quienes, como saben, les regalamos el terreno, les facilitamos las cosas y centramos para que rematen mejor… su saldo.
Por eso le ha dicho “queremos que invirtáis más que nosotros les ayudaremos en la medida de nuestras posibilidades. ¿Cuáles son las posibilidades del gobierno mariano?
Las que no usan para pagar las medicinas a los enfermos, no ayudar a los que pierden el piso por desahucio;  dejar a los niños que pasen hambre. Vamos que no es lo mismo la banca o la industria (sea de eléctricas, de comunicaciones o de automóviles) que al paisano ese que pide pan y trabajo. Vale… es una simplificación demagógica. Pero ¿es demagogia eso que nos cuentan para que olvidemos todo lo que vemos, oímos y padecemos? Ya saben:  que nos salimos del cuadro; que somos los campeones de Europa  aunque no paguemos la deuda (y eso que lo prometido es deuda… ¡pregúntenselo a Grecia!) o que el empleo es un futurible para la década que viene pero hoy un magnífico negocio para nuestros empleadores..
Y es que, compañero, si sube la macroeconomía tres décimas más de lo previsto, a usted qué…? Haga memoria: le subieron la jubilación dos euros al mes y a su hijo –si no perdió el chollo y aun tiene subsidio– no le toca aumento hasta el 16 y solo entre dos y tres décimas según la patronal. Así que ya sabe lo contentos que se pondrán los beneficiarios de esas tres décimas esas que nos anuncia Europa a mayor gloria de Mariano que se la juega dentro de un poco en un país donde a los ciudadanos no les merece confianza y que ya les engañó más veces que Pedro a su jefe…
Pero tranquilos que veremos y oiremos maravillas. Ya en la radio nos anuncian grandes éxitos para el futuro que visto el presente no se lo creería ni Santo Tomás.