El crowdfunding de Mas no pudo ser más oportuno

ARTUR Mas, por su condición de burgués –alto burgués– catalán, no tiene tratos lógicamente con los gitanos de la cabra. No pudo por lo tanto pedirles el platillo para montar un numerito en Las Ramblas y recaudar unas pelas para pagar los 5,2 millones que le reclama el Tribunal de Cuentas por gastar dinero público en la patochada –los independentistas le llaman consulta– del 9-N. Él, moderno como su comunidad autónoma –o como al menos lo era su comunidad autónoma– es más de crowdfunding, que viene a ser la cuestación del Domund, pero laica, pues cada uno aporta lo que puede, y ha juntado 2,2 millones. Menos mal que empezó la recaudación antes del éxodo empresarial, porque ahora conseguir esa cantidad ya empieza a ser una auténtica proeza.

El crowdfunding de Mas no pudo ser más oportuno

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