Se lo que pueda pasar de aquí al domingo, y el domingo, y después del domingo, serán responsables quienes han inducido a una parte de la sociedad catalana a declararse en rebeldía contra el mandato de la Constitución que reconoce y ampara la soberanía del pueblo español, cuyos hijos, cuarenta y tantos millones de personas, son uno a uno y en conjunto los únicos titulares de la nación, de suerte que nada puede hacerse, y mucho menos sustraer una parte de ella, sin el acuerdo de todos.
Lo más probable y lo que la inmensa mayoría desea es que no pase nada, o, al menos, nada irreparable, pero si pasa, y a resguardo de las responsabilidades específicas en cada caso, la responsabilidad mayor recaerá sobre los políticos que pretenden ejecutar un golpe de Estado para la apropiación de Cataluña, valiéndose de los recursos puestos en sus manos por el Estado para el servicio de todos los catalanes y escudándose en una masa adicta merced a un adoctrinamiento delirante, bien que también con el auxilio de las torpes políticas de los diferentes gobiernos centrales y hoy con el de alguna formación política, como Podemos, ayuna de todo sentido de estado.
Lo más seguro, y ojalá que así sea, es que nada pase que hayamos de lamentar amargamente, pero si pasa, y nadie puede descartar que pase en el punto a que se ha llegado, serán los aventureros de la política que con sus trapacerías institucionales diseñaron la llamada “desconexión”, los que habrán de rendir cuentas por ello, y no los de a pie que, llevados por sus legítimas aspiraciones y ensoñaciones, se están comiendo el marrón del caos callejero, de la inseguridad jurídica, de la escisión social, del empobrecimiento y de la alienación.
El Govern de la Generalitat y sus agitadores anexos serán los responsables de lo que pueda pasar, pero no como Artur Mas, que habiéndose declarado en su día único responsable de la performance del 9-N que tan cara les salió a los catalanes, se desdice e implora un “crowdfunding” o cuestación popular para no verse afectado en su economía personal por el ilícito que cometió. No pasará nada si insurrectos y fuerzas del orden se comportan como en general hasta ahora, con urbanidad y sosiego, pero si pasa, pues las masas en danza son festín de majaderos y provocadores, pocas dudas caben sobre de quién será la responsabilidad.