QUÉ pena que o fillo do fillo de miuiñeiro, para sus amigos Rafa, para sus rivales Cuiña y para sus convecinos de Lalín el alcalde se conforme con el título de regidor más retranqueiro de Galicia y no dé el salto a la política autonómica para aspirar a ser coronado como el parlamentario más retranqueiro. Si regresase a la casa madre, formaría una gran pareja con Feijóo para fustigar a la oposición; en el caso de que continuase su carrera del otro lado, ambos podrían enfrentarse en regueifas do máis clásico. Pero mientras circunscriba su trabajo al ámbito municipal, el líder del PPdeG se ve obligado a protagonizar monólogos, pues en la trinchera de enfrente no abunda mucho la ironía. Quizá por eso no se excedió con las coñas en el pleno de ayer y recurrió a las buenas maneras. Por cierto, por si la oposición aún no lo sabe, ya fue investido presidente.