Como simple observador, sufridor-pagador y aprendiz de conocedor de la Iglesia Católica, no puedo abstraerme de lo que está sucediendo en el entorno político-social, deficitario de cierta sensibilidad democrática por parte de grupos que generan importante influencia a través de sus mensajes. La democracia se basa, además de en el sufragio y la participación ciudadana, en la independencia de poderes, en el acatamiento del orden jurídico, (que ha de cambiarse si es necesario, mediante los mecanismos que la propia ley indica) y por último, y muy importante y olvidado con demasiada frecuencia, en el respeto a las minorías y a las personas.
La democracia no se crea sobre el “prohibido”; no avanza sin el respeto y la tolerancia. Nadie de los votados puede olvidar que su función es construir y administrar. Nuestra sociedad occidental se ha formado sobre valores de respeto y solidaridad con el objetivo de la sociedad del bienestar. Pero parece que este norte se pierde con demasiada frecuencia. Cada día hay un titular periodístico que altera tales principios. Se aplican distintas varas de medir; se provoca violencia y se genera confusión. Y en este cierto desorden, la Iglesia como institución no se escapa a injustas críticas que, por sus enunciados, indican, con demasiada frecuencia, desconocimiento, consciente o inconsciente, de quién las enuncia. Cuestiones tan elementales como confundir Jerarquía con Iglesia, o aconfesional con laico o ser tendencioso al explicar el trabajo social de sus distintas pastorales. Algunos grupos que se autodenominan pro-sociales confunden y actúan como aquellos obispos que solo siguen su camino. Estas agrupaciones no se acuerdan de bastantes curas, de algunos obispos que en otras épocas han estado y siguen estando comprometidos con la libertad y con los más desfavorecidos. En Ferrol sabemos mucho de eso, de aquellos curas y laicos del principio de los 70 en nuestra diócesis que dieron ejemplo de compromiso, respeto y valentía. Sería bueno que algo aprendiesen de ellos bastantes indocumentados que solo piensan en los que piensan como ellos.