Lo que pasa en Venezuela y que no se puede nombrar con todas las letras bajo pena de acabar en una celda sería un escándalo en cualquier país que viva en el siglo XXI, pero tratándose del latinoamericano ya nos hemos acostumbrado a que las barbaridades y los atropellos se sucedan. El último es la presentación por parte de Nicolás Maduro de una ley con la que quiere concentrar en su persona (todavía) más poderes. Que le permitirían actuar con total independencia e impunidad sobre los recursos del país y anular las leyes más incómodas. Hasta los partidos alineados ideológicamente con el chavismo se echan las manos a la cabeza y temen privatizaciones encubiertas o limitaciones de derechos, como el de información. Otro paso atrás en Venezuela. Uno enorme.