La presunta modelo Alba Carrillo es en realidad alimento del bueno para “Sálvame” y demás programas de ese pelaje. Es conocida tanto por su supina ignorancia como por su selectiva capacidad para elegir compañero de vida. A los pocos meses se separa y contrata a un vidente para que le eche el mal de ojo –a él, ¡eh!, no a ella–. Lo hizo con Feliciano López y con Fonsi Nieto, pero el echador de cartas debía ser malísimo pues ambos deportistas siguieron triunfando. Víctima del efecto Kardashian, se ha sometido a una operación de cirugía estética y presume de glúteos. “Es un milagro de la ciencia”, asegura... y de la pasta que se ha gastado.