Cómo nos gustan las historias de David contra Goliat. Eso de que el pez grande no solo no se coma al chico sino que encima se lleve un mordisco nos encanta. Es el caso de un valenciano que inventó un aparato para elaborar horchata y otras bebidas vegetales –con patente concedida por la Oficina Europea– que acabó por ser un éxito a nivel internacional y que, según han reconocido los juzgados alemanes, Lidl plagió. Ni los dibujos del manual de instrucciones se molestaron en cambiar. Y lejos de reconocer su mala fe, cuando el inventor se querelló por delito contra la propiedad industrial e intelectual respondieron con otras tres denuncias. De momento, el primero de los juicios impulsados por Lidl le da la razón al español y obliga a la cadena distribuidora a indemnizarle. Vamos bien.