DE Juanfran se podrá decir que no es el mejor lateral derecho de la historia del fútbol, ni siquiera de la historia del Deportivo, pero jamás se le podrá acusar de falta de compromiso. Su implicación es muy superior a la que deberían tener otros aunque solo fuese por motivos de nacimiento o de años en el club. Es muy cómodo no dar la cara ni dentro ni fuera del campo, pero no es lo que espera la afición cuando los árbitros maltratan al equipo una jornada sí y otra también. Su demanda de “respeto ya para el Deportivo” debería hacer reflexionar a algunos de sus compañeros; vivir eternamente en una burbuja confortable acaba siendo un síntoma de cobardía.