ntento levantar el ánimo leyendo “Diez razones para amar a España” (Libris, 2019), que para José María Marco, su autor, son el arte y la naturaleza; la lengua, la literatura, la pintura y la música; la Corona, la religión, Madrid y la nueva España.
En el capítulo 9 que titula “Nosotros” el autor escribe sobre el patriotismo, la reconciliación, la moda, las fiestas y el deporte, que muestran que la España una y diversa es más sólida de lo que tantas veces se ha escrito.
Estoy seguro de que José María Marco incluirá en la próxima edición de su libro un capítulo sobre la solidaridad que ahora encarnan tantos españoles luchando contra la pandemia cuyo balance son miles de contagiados y fallecidos -“¡qué solos se quedan los muertos!”, escribió Bécquer-, nos amenaza a todos, colapsará la economía y cambiará nuestro modelo de vida y bienestar.
Dice el escritor Manuel Vicent que cuando ganemos esta batalla será el momento de “montar un desfile de la victoria” para homenajear al personal sanitario; a los transportistas, a los trabajadores de supermercados y empleados de la limpieza; a los militares de la UME, a las fuerzas de seguridad del Estado y a tantos otros que combaten en esta guerra contra un enemigo invisible
Son un ejemplo de eficiencia. Además, imprimen a su trabajo el valor añadido que poseen las personas que realizan su tarea con verdadera vocación. En este sentido merecen mención especial los sanitarios que arriesgan su salud en primera línea hospitalaria y miman al enfermo con grandes dosis de cariño y esperanza que es lo que más necesita en ese estado de dependencia.
En ese “desfile de la victoria” tienen que estar las empresas grandes y pequeñas de todos los sectores, a veces demonizadas con soflamas ideológicas, que generosamente aportan recursos dinerarios y tecnologías para combatir el virus. Igual que tantas asociaciones, entidades benéficas, deportistas y muchos particulares que en el anonimato confeccionan mascarillas y otros útiles para los profesionales. Les une el objetivo de ayudar a superar la pandemia.
Manuel Vicent les llama “una tropa heroica que ha cumplido con su deber, sencillamente porque era su deber”. Todos ellos son la undécima razón para amar a España.
La eficiencia de estos profesionales contrasta con la incompetencia del Gobierno de aprendices, un desastre gestionando la salida de la pandemia y un portento desconcertando a ciudadanos y empresarios y destrozando la economía. Primero es la salud, sin duda, pero el panorama económico que van a dejar después es para echarse a temblar.