o Pino, así a secas, sin ordinal que le acompañe, es un lugar peligrosísimo para los conductores. Allí, en la carretera N-634, hay dos radares que son un auténtico martirio para los automovilistas y una maravilla para el Estado, puesto que el año pasado le reportaron más de 1,8 millones de euros, lo que los introdujo en la élite de los cinemómetros, ya que se ganaron un puesto entre los cincuenta más productivos del país. ¡Vaya honor! Es más o menos como ser nombrado empleado del mes en El cobrador del frac o en El torero del moroso. Tal vez haya que promover una plataforma para exigir la construcción de una carretera de circunvalación que evite transitar por una zona tan peligrosas para el bolsillo de cualquier conductor.