Ninguna institución política sin ánimo de lucro ha aportado tanto a la literatura cultural e histórica de nuestra ciudad como aconteció con Unión Coruñesa, firme defensora de los valores de la cultura coruñesa. Esta institución formada por coruñeses de adopción y naturales, que sentían estar en deuda con su ciudad, propició que sus moradores conozcan de algún modo la historia de lo que les era cotidiano.
Nadie supo explicarlo tan bien como Unión Coruñesa, con una serie de fascículos literarios que supusieron un gran esfuerzo para esta entidad. Las tiradas fiueron largas, de entre 5.000 y 8.000 ejemplares, y alguna debido a su éxito, llegó a los 10.000; todos repartidos de forma gratuita en la vía pública para hacer partícipes de los ciudadanos. También fueron numerosas personas las que acudieron a la sede de Unión Coruñesa a recogerlos para enterarse de lo que suponía tener a mano un ejemplar de nuestra historia.
El esfuerzo valió la pena aunque no se recompensase luego en las urnas, pero estas cosas suelen pasar cuando no se tiene el reconocimiento explícito de la prensa y televisión. Un programa consensuado por coruñeses para su propia ciudad fue derrotado por las frases compuestas que ofrecían los demás a costa de no tener un programa propio. De esto hablaré en otra ocasión, ahora no es el momento, sino de ensalzar aquel esfuerzo encomiable de un grupo de coruñeses comprometidos con su ciudad y la de todos los que la habitan.
Así se publicaron títulos como “Homenaje a Alfonso Molina, en el 50 aniversario de su muerte”, “Las damas coruñesas en el callejero”, “Antología de La Coruña perdida”, “Anécdotas coruñesas en el recuerdo. Homenaje a Alberto Martí”, “La Coruña en nuestra alma colectiva, Historia del comercio en La Coruña”, “Historia del agua en La Coruña, fuentes y lavaderos” y por último “Las murallas de La Coruña, el Perrote, una mentira histórica”. Todos ellos de gran contenido social y de conocimiento histórico de nuestra ciudad. El proyecto quedó sin concluir, las perspectivas de Unión Coruñesa eran seguir en esta línea, pero los malos resultados impidieron que se pudiesen acometer más proyectos ambiciosos sobre la cultura e historia de La Coruña.
Aparte de estas ediciones de sumo interés, hoy agotadas e imposibles de reeditar por los avatares de la política y las urnas, contaba también Unión Coruñesa, con un periódico de tirada mensual, en el cual se abarcaba la información relativa a la ciudad, lo que ocurría, los planes de los coruñeses puestos sobre la mesa en una columna de opinión, en la que se recogían las inquietudes de los barrios y se plasmaban en el programa de partido. Gracias a Unión Coruña, los ciudadanos sabemos algo más sobre la historia de la ciudad, cosa que ningún otro partido supo abanderar, como aquella peña de coruñeses comprometidos con su ciudad.