QUIZÁ las raíces de su espectacular pelambrera le lleguen tan adentro del cráneo que le reduzcan el riego sanguíneo del cerebro; tal vez un neurólogo o acaso simplemente un peluquero puedan explicarlo, pero, desde luego es sorprendente la capacidad de Donald Trump para decir disparates. Ahora ha invitado a los amantes de las armas que “paren” a Hilaria. Es verdad que no pretende que la utilicen como diana en sus prácticas de tiro, sino que siendo, como son, lo más retrógrado de la sociedad americana, se vuelquen con su candidatura y le den la espalda a la demócrata. Ojalá todo sea consecuencia de su pelaso, porque si no...