ANNA Gabriel, la dirigente de la CUP que es toda una creadora de tendencia, pues ha sido capaz de imponer la moda de cortarse el pelo al estilo de las nekanes, lo tenía negro para encontrar trabajo después del 21-D. Los estatutos de la formación antisistema impiden que repita como candidata, así que la pobre tenía que buscarse la vida por otro lado, pero, claro, cuando cobras más de 6.000 pavos del ala al mes no puedes aceptar una oferta y convertirte en mileurista. Además, estaba el problema añadido de que ya casi no quedan empresas en Cataluña, así que parecía que su futuro estaba en globo, pero ¡qué va! Los de la CUP estarán mal del coco y querrán dinamitar el Estado, pero parvos no son. La han contratado como superasesora del grupo con un sueldo de casi 50.000 euros al año, una pérdida de poder adquisitivo asumible, ¿no?