EL todopoderoso Caballero, don Abel, está de capa caída desde que faltó a su palabra y no se presentó al reto que había planteado a los periodistas de su ciudad. El alcalde los desafió a protagonizar la versión viguesa de “Escuela de sirenas” y lanzarse con él por un trampolín acuático de 130 metros de longitud. Pero no se debió de ver guapo en bañador, porque no acudió a la cita. Necesitaba un golpe de efecto para frenar la pérdida de popularidad y lo dio. “Pasarán tres años, Feijóo se irá y yo seguiré de alcalde con más mayoría de la que tengo ahora”, afirmó. Menos mal que el presidente es prudente y no lo retó a presentarse a la Xunta porque si no... FOTO: caballero | aec