¡YO SOY LA JUSTICIA!

Yo soy la Justicia! Coreaba, desesperado, el pueblo en las plazas públicas. Al comprobar que los jueces se inclinan ante los dos partidos políticos que sostienen el neoliberalismo. ¡Yo soy la Justicia! Continuaba increpando el pueblo. Y el eco, enfurecido, retumbó a los cuatro vientos de esta piel de toro. Tan ansiada de una verdadera Justicia. Y temblaron los cimientos de los palacios neoliberales de Justicia. Y los jueces empezaron a notar que sus pieles iban adquiriendo la forma de la piel de las gallinas. Y tiritaron de frío, de inoperancia, de burla hacia ese pueblo reunido en las plazas públicas que, pagando los impuestos, los mantienen.
Y el pueblo continuaba gritando cada vez más alto hasta convertirse en Podemos o el raciocinio de ser pueblo. Y Podemos comprobó que puede gobernar España al superar en intención de votos, encuesta de Metroscopia, al PSOE (Suresnes) y al PP (Corrupción).