harían bien sus señorías en olvidarse de sus disputas y sentarse a trabajar en la elaboración de un nuevo Pacto contra la Violencia de Género. El actual, ese que costó sangre y sudor sacar adelante, cumple un año de vida. Y lo peor es que un período tan corto de tiempo ha sido suficiente para que demuestre su más absoluta ineficacia. En los últimos días han sido asesinadas tres mujeres y dos niñas y las víctimas en lo que va de 2018 ascienden ya a 41. Resulta muy difícil de comprender como es posible que alguien sea capaz de anteponer sus criterios partidistas a intentar acabar con esta lacra que cada año se cobra la vida de decenas de inocentes. Ojala pase como con las muertes en carretera. Hasta que nos dimos cuenta de que no era normal que cada año se produjeran cientos de muertes no se pudo concienciar a la sociedad para acabar con esa sangría. A lo peor, con la violencia de género hay que hacer lo mismo y reeducar a todos los españoles.