el papa Francisco ha reescrito el Catecismo para introducir en el mismo un cambio fundamental y es que, desde ahora, la Iglesia considera inadmisible la pena de muerte. Gran culpa de esta decisión la tiene una española, María Asunción Milá, de 99 y sevillana, que solicitó por carta al pontífice que tomara esa decisión. Pero más allá de la labor de esta activista de los derechos humanos y de la propia decisión del Vaticano, la realidad es que cada vez son menos los países en los que se aplica la pena de muerte. Eso sí, los cinco con más ejecuciones son, por este orden, China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán.