Las intervenciones de ayer

L a lucha contra el terrorismo está siendo tema de discusión global, todo parece indicar que empieza a gestarse una voluntad política y militar de erradicarlo. O al menos los principales actores están tomando conciencia de que existe un enemigo común, un enemigo demasiado peligroso.
El llamado Estado Islámico es una organización un tanto extraña. Nadie sabe a ciencia cierta de donde salió, ni cómo se formó, ni siquiera a quién  puede favorecer realmente. Se especula que sus fuentes de financiación son las monarquías petroleras, y que además se financia del petróleo que venden los islamistas cuando se apoderan de los pozos, por lo tanto, aquí viene la pregunta del millón, ¿qué país o países compran ese petróleo? Cuando lo compran ¿no saben que están financiando a terroristas?
En todo caso, las intervenciones de los últimos años en esa candente región del Oriente Medio han resultado catastróficas. Destruir países sin tener alternativas razonables no fue la mejor manera de ayudarles. Uno se pregunta, ¿cuántos refugiados han producido cada bomba arrojada, cada misil? Seguramente muchos. Lo peor es que todavía se siguen cometiendo los mismos errores, los mismos disparates, los mismos desatinos. Algunos políticos dicen que el actual presidente sirio debe dimitir, que su marcha facilitaría la lucha contra el EI. Combatirlos a los islamitas –o lo que sean– desde aire ayuda a derrotarlos, pero no es suficiente. Al final hay poner las botas militares sobre el terreno. No queda otra. Hasta ahora las únicas que están sobre el terreno son las del ejército de Siria y de Irak. Entonces, ¿por qué el señor Hollande –y algunos otros– sigue erre que erre con la dimisión de Assad?
En este “puzle” de Oriente Medio existen muchos intereses, demasiados. Están en juego los beneficios de las petroleras inglesas y franceses, los de las monarquías del golfo. No nos engañemos, la democracia en Siria –o en cualquier otro país de la región– les trae al pairo. El objetivo es poner gobiernos satélites que defiendan sus intereses. Se oponen rabiosamente a la construcción –los medios occidentales apenas lo mencionan– de un gaseoducto entre Irán y Siria, cruzando Irak. Aunque la tubería fue planeada en 2011 para abastecer de gas a Europa, al venir de Irán perjudicaría los intereses de las monarquías del Golfo y los de las élites europeas que están relacionadas con ellas. 
Existe la impresión de que la lucha contra el EI no iba en serio. Aunque ahora parece –después de la reunión de Obama y Putin en la ONU– que las cosas van a cambiar. Ellos saben que el EI es una amenaza real para todos los países, sin exclusión. Nadie está libre de sus zarpazos. Aunque también es verdad que mientras no se corten sus fuentes de financiación será casi imposible derrotarlos. Ninguna organización puede subsistir sin medios económicos.  
Si se quiere acabar con los yihadistas se necesita un cambio en las relaciones internacionales, un cambio de calidad. El propio Barack Obama dijo el lunes pasado, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, que lo de Irak fue una lección, que hay que trabajar juntos, que ni centenares de miles de tropas, ni billones de dólares, pueden imponer la estabilidad si las naciones no actúan juntas. 
Aunque trabajar juntos también tiene distintas lecturas, dependiendo de cada país. Para los chinos –al menos eso dicen ellos– significa compartir ciertos intereses que impliquen beneficios mutuos. Sin duda, eso sería una relación ideal, todos ganaríamos.  
En todo caso, mientras no se dejen de lado los intereses mezquinos, que solo sirven para aumentar los activos financieros de unos cuantos, nada se avanzará para la construcción de un mundo más estable. Es necesario un cambio, una toma de conciencia. De lo contrario se nos viene encima una catástrofe de grandes dimensiones. Lo que está ocurriendo es sólo un “entrante”, un “aperitivo”, algo insignificante. 
No hay que olvidar que el intervencionismo de ayer  –apoyado por algunos  que hoy ponen cara de inocentes– produjo este desaguisado. El resto es historia.
 

Las intervenciones de ayer

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