antiguamente todos bares tenían un cartel en el que se advertía de que estaba prohibida la entrada de perros. Hoy en día, se ve a los canes hasta en las tiendas de lencería sin que nadie diga ni pío. Sin embargo, donde no es fácil encontrarse a estas mascotas es en los hospitales. Pero hasta esto puede cambiar, gracias a las fundaciones María José Jove y Novoa Santos, que se han empeñado en que el mejor amigo del hombre lo sigue siendo si este está enfermo y los animales se han convertido en una terapia para los niños que están ingresados en el Materno Infantil. Y lo mejor de todo es que los resultados obtenidos son excelentes, lo que ha provocado que este proyecto, pionero en España, se encuentre entre los finalistas del premio “Hospital Optimista”.