A veces las palabras, las frases, se derrumban para así poder construir otras que tengan otros significados. Éstas, lejos de confundirnos, unas veces nos dan esperanza para entender un mundo que siempre está en camino de constituirse en algo definitivo, ya sabemos que la felicidad siempre está a punto y eso es lo que le trasmite a la vez emoción y sufrimiento al proceso babilónico. Bob Marley hablaba de Babilonia como el lugar de exilio, donde las palabras se vuelven extranjeras, con significado oculto, borroso, confuso y manipulador. Sr. diputado, ¿está usted confuso, aturdido, o manipula, cuando acusa al alcalde, que lleva unos días, de querer envenenar a la población, o se aprovecha usted de esta Babilonia para sacar provecho, rédito electoral, que el Pisuerga pasaba…? Una corporación que lleva “envenenando a la población diez días”. Sr. portavoz de Babilonia, ¿no puede contar hasta diez antes de pasear sus malas intenciones, sus verdades a medias? Babilonia está bien si se busca la verdad, pero ella no puede amparar la mentira. “¡Únete en beneficio de tus gentes!”(B.Marley).