TRUMP, además de poner a la humanidad con el corazón en un puño a cuenta de su escalada dialéctica con Corea del Norte, también hace lo propio con los fabricantes de coches, a los que tiene acongojados a cuenta de los aranceles que aplicará a aquellas marcas que produzcan fuera de Estados Unidos. Sus amenazas han surtido ya efecto y Toyota ha optado por paralizar la planta que tenía a medio construir en México para formar una alianza con Mazda y, juntitos de la mano, montar una factoría en los USA. De este modo se garantizan que sus coches, aunque más caros de producir, pagarán menos impuestos. FOTO: Donald Trump | efe