Las elecciones a la presidencia de la sociedad coruñesa del Club del Mar entran en su recta final y tanto el actual regidor Manuel Lugrís (lleva ocho años en el cargo) como Ángel Garmendia, el aspirante, llaman a las urnas a un socio poco amigo de tomar este tipo de responsabilidades y que en las últimas horas no tiene claro hacia dónde dirigir un voto que en principio pretende dar una vuelta de tuerca a la historia de este club que comenzó a fraguarse allá por 1935.
Los dos candidatos plantean propuestas interesantes y que en algunos casos llenan de dudas a las personas que deben decidir el futuro del club para los próximos dos años y donde la participación, si resulta masiva, puede ser clave y sorprendente.
En la actualidad, no todo es color de rosa, sobre todo si hacemos caso a lo que piensan algunos socios a los que he tenido el atrevimiento de solicitar su opinión. Salieron a la luz respuestas de todo tipo. Unas muy curiosas por su ingenuidad e incluso una falta de interés y desconocimiento palpable de lo que es y significa esta sociedad y otras que decido no reproducir por no ser este el medio adecuado para exhibirlas.
Otros se muestran confusos a pesar de que irónicamente hablan de un estancamiento de funciones flagrante, de la salida de cuatro miembros de la actual junta directiva, preguntando asimismo qué pasó con el equipo femenino de tenis de mesa e incluso del machismo y controversia existente a la hora de emitir el voto, el gran caballo de batalla de estas elecciones.
Hablamos de lo bueno y de lo malo y las sombras ganan por una goleada tan abrumadora como llamativa. Y de los 17 presidentes que pasaron por este club. Desde Florencio Rodríguez, el primero que reinó en esta sociedad entre 1935 y 1942 a otros más recientes, que también dejaron sensaciones muy meritorias como José Portela, Luis Salleres, Ángel Monteagudo, Antonio Remeseiro y Miguel Torreiro, este último, el mejor valorado por los encuestados. Todavía queda mucho pescado por vender. El domingo 10 saldremos de dudas.