El curso más exigente antes de la reforma

El curso más exigente antes  de la reforma
El plazo de matrícula en los institutos se extiende desde el 1 al 20 de marzo | D. ALEXANDRE

El comienzo de actual curso fue complicado para todos los centros educativos, que debieron adaptarse a unos protocolos muy estrictos para reducir al mínimo la posibilidad de transmisión de la Covid-19. Cinco meses después, los datos sanitarios confirman que ese sobreesfuerzo de los colegios e institutos –con su consiguiente inversión– ha dado sus frutos y el número de casos entre la comunidad educativa es bajo en relación con el total y, además, la transmisión en las aulas es prácticamente residual.


Así lo subraya el director del Tirso de Molina, Jaime Bouza, el centro de la ciudad con más niveles educativos –de infantil a bachillerato–. “Costó arrancar porque había mucho miedo en las familias por los contagios y mucha incertidumbre sobre cómo se iba a organizar todo”, apunta antes de añadir que “fue difícil implantar los protocolos con todas las medidas y concienciarnos todos –profesorado, alumnado y familia– para cumplirlas: ventilación, higiene, separación en el aula, mascarilla”, recuerda.


Los efectos de la implementación de las medidas son evidentes. “Lo que se ha visto es que los colegios son los espacios más seguros”, afirma el director del Tirso. “El índice de contagios fue bajo”, prosigue, “y la mayoría de los contagios venía de fuera, no de dentro de las aulas, por lo que las medidas funcionan”.


Con todo, y pese a la tendencia positiva –reducción sostenida en el número de casos–, Bouza considera que hay que ser prudentes. “Creo que todavía nos queda mucho que recorrer con respecto al virus, pero también pienso que ahora estamos preparados para seguir soportando las olas que estén por venir”, señala. Y por ello, de cara al próximo curso, opina que “empezaremos con alguna medida de ese tipo; ojalá pudiésemos volver a las aulas con total normalidad en septiembre, pero no creo que esto esté totalmente controlado en el verano”.


La pandemia ha obligado también a una adaptación más rápida a las nuevas tecnologías, que se han convertido en una herramienta esencial. En el caso del Tirso, la plataforma digital de la que disponen ha hecho posible que el alumnado confinado o en cuarentena “haya podido seguir el curso con normalidad y, además, en cualquier nivel, desde Infantil hasta bachillerato”.


Esas mismas tecnologías son a las que los centros como el Tirso recurren para compensar la suspensión de las tradicionales jornadas de puertas abiertas para convencer a los indecisos. A ellos se dirige Jaime Bouza. “Estamos enviando vídeos al alumnado de 4º de ESO para que nos conozcan”, comenta. En ese sentido, el director del centro reconoce “todos los institutos son buenos a nivel de docencia y toda la formación curricular se acaba evaluando en la ABAU. Lo que nosotros podemos dar como plus es un trato más cercano y nuestro carisma y valores como colegio mercedario”, concluye

El curso más exigente antes de la reforma

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